Una recapitulación después de mi ausencia

   Superada mi afección ocular que, afortunadamente, no revestía gravedad pero que sí me ha impedido leer y escribir durante una temporada, vuelvo a retomar la actividad de mi blog con un balance que parte de las intenciones iniciales expuestas en mi primera entrada, Presentación del blog, y que culmina con los nuevos contenidos ofrecidos en la actualidad; estos han venido a aportar una mayor variedad sin dejar de lado la estructura primigenia. Así, como sucede con otras muchas cosas, mi blog ha ido evolucionando con el tiempo según las circunstancias que han afectado, en mayor o menor medida, la labor relacionada con él. Espero que todo ello haya resultado y resulte del agrado de las lectoras y lectores que opten por visitarlo.

   Voy pues a tratar este tema que ya había pensado abordar hace unos días.

   Todo sigue igual en lo referido a ofrecer una visión inicial ampliada con respecto al contenido de las sinopsis de mis obras narrativas; la publicación de una nueva ira acompañada de su correspondiente información adicional que aparecerá en mi blog. Y lo mismo se aplica a las reseñas sobre los títulos de autores pertenecientes a cualquiera de los periodos contemplados dentro del universo literario.

   En cuanto a las entradas que tratan sobre la ambientación relacionada con la vida cotidiana y los sucesos que afectaban a las épocas en las que se sitúa la acción de mis libros, curiosidades, hechos históricos importantes, formas de actuar y algunas pinceladas sobre las vidas de personajes que existieron entonces, debo reconocer que estas han ido experimentando cambios con el transcurso de las semanas de existencia del blog.

   Poseyendo un carácter informativo y divulgativo en un principio (ejemplos: El origen de los agotes en España, publicada el 29 de abril de 2021, y Los limeys, que apareció el 31 de mayo de 2021), estas fueron tomando un cariz más narrativo pero sin perder su finalidad inicial (ejemplos: Los barcos utilizados para la piratería en el Caribe (II), aparecida el 14 de marzo de 2022, y Meditaciones en tiempos de paz, que vio la luz el 31 de enero de 2022), para terminar por convertirse en relatos (ejemplo: Relatos tras el café humeante | La ermita, publicada el 2 de mayo de 2022), aunque siempre ciñéndose a la estructura inicial (curiosidades, hechos históricos…).

   Recientemente, a todo ello se han sumado unos relatos que ya no tienen relación con lo anterior sino que, con una temática más libre, son piezas independientes de narrativa aunque se hayan venido incluyendo dentro de mi sección Relatos tras el café humeante (ejemplo: Relatos tras el café humeante | Duelo en la niebla, publicada el 4 de julio de 2022).

   Para finalizar, no voy a olvidar mencionar los dos desafíos mensuales en los que participo: el Reto de Lídia Castro Navàs, basado en una propuesta recogida en su sección Escribir Jugando (https://lidiacastronavas.wordpress.com/escribir-jugando/), y el Reto de escritura 5 líneas de Adella Brac, regido según las pautas marcadas en su blog Surcaletras (https://surcaletras.com/blog/). Ambas iniciativas son muy apreciadas por todos los que tomamos parte en ellas y constituyen una forma excelente de impulsar la creatividad narrativa, por lo que siempre animaré a participar en las mismas a todos aquellos que sientan la necesidad de escribir y disfruten con ello.

   Y aquí me detendré hoy, aunque no esté todo dicho; quedan obras literarias por reseñar, relatos que plasmar, proyectos personales que acometer, retos a la espera de que los guantes arrojados sean recogidos… ¡Toda una aventura!

   Mis mejores deseos para esta semana en la que acabamos de entrar.   

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